A ventilador de presión negativa , a menudo denominado extractor de aire o ventilador de extracción, es un dispositivo de ventilación mecánica diseñado para crear presión negativa dentro de un espacio cerrado expulsando aire del mismo. Esta presión negativa se crea al eliminar más aire del espacio del que se introduce, lo que hace que el aire exterior ingrese al área a través de aberturas como ventanas, puertas o rejillas de ventilación. Los ventiladores de presión negativa se utilizan comúnmente en diversos entornos para varios propósitos:
Ventilación Industrial: En entornos industriales, se emplean ventiladores de presión negativa para eliminar vapores, polvo, humo y otros contaminantes transportados por el aire de las áreas de trabajo. Al crear una presión negativa dentro del espacio de trabajo, estos ventiladores garantizan que el aire contaminado se expulse eficazmente al exterior, evitando que se propague a otras partes de las instalaciones y manteniendo un entorno de trabajo más seguro y saludable.
Laboratorios: Los ventiladores de presión negativa son cruciales en laboratorios donde se manipulan materiales peligrosos o agentes biológicos. Ayudan a contener y eliminar sustancias potencialmente peligrosas al extraer el aire del laboratorio y evitar su liberación al área circundante.
Hospitales e instalaciones sanitarias: Las salas de presión negativa de los hospitales están equipadas con estos ventiladores para controlar la propagación de enfermedades infecciosas. Estas salas garantizan que no se permita que el aire contaminado escape a las áreas comunes, lo que ayuda a proteger a los pacientes, los trabajadores de la salud y los visitantes.
Restaurantes y Cocinas Comerciales: Las cocinas comerciales suelen utilizar extractores de aire para eliminar el calor, el humo y los olores de la cocina. Crear presión negativa en el área de la cocina garantiza que estos elementos se ventilen eficientemente al exterior, manteniendo un ambiente de trabajo cómodo y seguro.
Campanas de extracción: Las campanas extractoras en laboratorios y entornos industriales utilizan presión negativa para alejar los humos y vapores potencialmente dañinos de los investigadores o trabajadores y expulsarlos a través de un sistema de ventilación.
Sitios de construcción: Se pueden emplear ventiladores de presión negativa en las obras de construcción para controlar el polvo y las partículas en el aire. Ayudan a prevenir la dispersión de polvo y escombros más allá del área de trabajo, reduciendo el impacto ambiental y los posibles riesgos para la salud.
Habitaciones limpias: Las salas blancas requieren un control preciso de la calidad del aire, la temperatura y la humedad. Los sistemas de presión negativa ayudan a mantener la limpieza de la sala blanca evitando la entrada de contaminación y asegurando que cualquier partícula generada en el interior se extraiga rápidamente.
Baños: En instalaciones sanitarias comerciales y públicas, se utilizan extractores de aire para eliminar olores desagradables y exceso de humedad, promoviendo un ambiente más agradable e higiénico.